Sólo tuvieron 15 invitados, así que la boda era muy íntima y dulce. Sólo la familia más cercana estaba celebrando con ellos, ya que tenían que venir desde desde Finlandia para poder celebrar su boda en Italia. Y, después de haber formado parte del día de su boda, sólo puedo decir que las bodas pequeñas puede ser tan impresionantes como las grandes. (Para ser justos, después de ver qué día tan maravilloso fue, empecé a soñar en una boda pequeña para mi también.) Como todos sabemos, las bodas no son acerca del tamaño, son sobre el amor.
Y estos dos estaban, y están, completamente enamorados. El momento en el que más me emocioné fue durante sus votos, que leyeron el uno al otro durante la ceremonia. A lo mejor se me cayó alguna lágrima también cuando les estaba escuchando (pero por suerte tengo mi cámara con la que esconderme, así que nadie me ve). Y, en ese momento en concreto, decidí que me gustaría leer algo para mi futuro marido cuando (o si ;) ) me caso. No importa el miedo que te pueda dar el estar enfrente de todas las personas, y no importa si nadie puede entenderme entre mis lágrimas.
Aquí viene, boda en el Lago Garda…
P.D.: La pareja quería que ninguno de sus invitados estuviese en las fotos, así que he elegido las fotos en las que podéis ver nada más que a la pareja. ¡Espero que os gusten! : )
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